Éste 12 de octubre, no fue un día cualquiera; si bien desde hace 30 años una importante corriente viene generando una justa reivindicación, lo que se conocía como el “descubrimiento” de América y celebración del “día de la Raza”, hoy se llama el día de la resistencia indígena, en algunos países de manera oficial como Bolivia el “día de la descolonización” o en Ecuador como el “día de la interculturalidad y plurinacionalidad”; lo cierto es que han sido los pueblos originarios y sus descendientes de América o el Abya Yala quienes han venido rechazando aquella celebración que desde España buscó darle mayor identidad a una nación dividida.

Desde esa vaga concepción el 12 de octubre tiene una matriz nacionalista y patriotera, el “día de la Raza” utiliza un vocablo retrogrado y de manera ambigua busca referirse al nacimiento de una “nueva raza” mestiza, pero al mismo tiempo alude a un discurso racializado, supremacista y colonial. 1992 y los 500 años de la llegada de Cristóbal Colón fue el punto de quiebre, para romper con esa tradición, con protestas indígenas en todo el continente y en 1994 el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional que consolidaba un nuevo sendero descolonizador, el mensaje: nada que descubrir y peor aún que celebrar; la necesidad de revisar la historia, discutirla y desentrañar episodios en que los vencidos toman la voz y el protagonismo, kackkaniraqmi/ sigo siendo, seguimos estando aquí.

Así fue que el concepto de “raza” se edulcora con el ahora “día de la hispanidad” que con el auge de la ultraderecha se ha convertido en una herramienta que reivindica una ideología profundamente colonial y racista, como las que enarbola el partido político Vox y su proyecto de relacionamiento con América Latina al que llaman “iberosfera”[1]. La hispanidad es hoy un término que busca recuperar la experiencia imperial de antaño y va el encuentro de aliados en latinoamericanos de la categoria de Álvaro Uribe en Colombia, Jair Bolsonaro en Brasil o de proyectos como el que lidera José Antonio Kast en Chile, Javier Milei en Argentina o Keiko Fujimori yLópez Aliaga en Perú, que hoy sostienen al actual régimen de Dina Boluarte.

Hoy en pleno siglo XXI meros espectadores de la destrucción y genocidio del pueblo palestino en manos del colonialismo y apartheid del sionismo israelí, la reivindicación del 12 de octubre como símbolo de resistencia y lucha anticolonial debe emerger con urgencia, porque más allá del ataque sanguinario de Hámas, que podría justificar la defensa israelí, lo que estamos viendo en siete días es otra vez la utilización de un discurso de lucha contra el terrorismo, para realizar el aniquilamiento también terrorista de civiles palestinos con total impunidad. El grupo islámico Hamás es el mismo grupo extremista que en su momento fue fortalecido y financiado por el sionismo israelí para debilitar a la organización político- militar Al Fatah fundada por Yasser Arafat.

Es urgente tomar consciencia de lo que simboliza hacerle el juego al discurso hispanista porque quien utiliza esa categoría lo hace en base una reivindicación imperial y no se equivoquen no trata de los más de 400 millones de personas que hablan castellano, ni de que podamos emocionarnos con el mismo libro. Hoy el peso ideológico del hispanismo piensa más en debilitar para después proscribir políticas de reconocimiento de la diversidad cultural, desconociendo la profunda desigualdad social y étnica que existe en América Latina y negando la agencia de los pueblos indígenas. 

Hoy el hispanismo al igual que el sionismo reivindican el colonialismo, la exclusión y el racismo hacia pueblos que consideran inferiores, no querer entender el peligro que significa eso para la humanidad nos está llevando a más polarización donde los discursos violentos se transforman en hechos violentos que nos arrastran de nuevo a la barbarie.

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[1] Ver Hispanismo étnico e iberosfera: La peculiar mirada de Vox hacia la región latinoamericana: https://e-archivo.uc3m.es/handle/10016/37661#preview