Peligroso giro anti-derechos
La política peruana está enmarañada por la retórica o la falta de ella, de ahí que se pueda parlotear sin decir nada, optar por el silencio o decirlo todo mal; pero la palabra devaluada suele ser un indicio de ineptitud hasta que se consuma en los hechos, hechos que generan consecuencias directas en la vida de la gente.
De ahí que el actual gabinete designado por Pedro Castillo, tenga en gran medida una composición de individuos con un discurso anti-derechos y por tanto antidemocrático. Si bien las designaciones de ministros son cargos de confianza, también es cierto que esa confianza se asienta en ese 50,1% que optó por elegir a un profesor rural en vez de la hija de un dictador corrupto.
La crisis y caída del gabinete de Mirtha Vásquez la generó el propio presidente Castillo, con su silencio al no responder de manera enfática al pedido de su Ministro del Interior, Avelino Guillen, conocido por ser el fiscal que mandó a la cárcel a Alberto Fujimori, pedido que significaba el respaldo a su gestión al mandar al retiro a mandos policiales de dudosa reputación y promover a los más capacitados. Si embargo, Guillen se encontró con el silencio del presidente, lo que originó la renuncia de los cuadros más honestos que garantizaban cierta gobernabilidad. Por tanto, es incomprensible tras las justificaciones reiteradas dadas a la prensa de “estar aprendiendo” golpear de tal manera al designar el actual gabinete.
Héctor Valer como primer ministro, hace siete meses pedía el voto para Keiko Fujimori, y fue elegido por la lista del partido de ultraderecha Renovación Popular, hoy Valer se presenta como conservador y en su momento operador en gobierno del expresidente Alan García que tras la masacre del Baguazo buscó dividir y boicotear las demandas de los pueblos indígenas y hace 3 semanas señalando a los pueblos indígenas como terratenientes y amenazando con quitarles sus tierras, como no fuera poco ha sido denunciado por su esposa e hija por maltrato familiar.
Lux Supo cómo Ministro de Ambiente, un militante desconocido en Perú Libre, sin experiencia alguna sobre temas de medio ambiente. Cómo explicar su designación tras los cuestionamientos a Rubén Ramírez, el ministro que lo antecedió y que recibió las mismas críticas por su inexperiencia en el sector; pero sobre todo como entender esta designación en pleno desastre ecológico a partir de los 12 mil barriles de petróleo derramados por Repsol en el mar de la costa limeña, parece ser no un error sino un desprecio por los temas de derechos medioambientales, que incluso generan suspicacias de apañamiento a dicha empresa.
En el Ministerio de Cultura que se encarga de la promoción y protección de las culturas y su patrimonio, así como de las políticas públicas para los pueblos indígenas se asignó a Alejandro Salas, nuevamente sin experiencia en el sector y cuyo perfil parece la de un militar frustrado, conocido por terruquear al mismo Castillo, pero además xenófobo y racista por los rastros dejados en redes sociales.
Qué decir de Katy Ugarte en Ministerio de la Mujer, reo contumaz en Cusco por el delito de difamación agravada a quien su inmunidad parlamentaria hoy la protege de ir a la cárcel y que además representa al fanatismo religioso más delirante.
En el Ministerio del Interior por quien se desencadenó esta crisis por serias denuncias de corrupción en la policía, se asigna al policía Alfonso Chávarry con antecedentes judiciales incluso investigado por sus relaciones con el narcotráfico.
Algunos analistas mencionan que éste gabinete representa el genuino pensamiento Castillo, lo cierto es que para una parte importante de sus electores, es leído como un acto de traición, un gabinete que fue producto de un simple y muy básico cuoteo anti-derechos con el principal objetivo de intentar sobrevivir a las amenazas de vacancia anunciadas por la ultraderecha.
Otra cosa que demuestra estas asignaciones es el nivel de precariedad de su entorno, los lazos con grupos informales en diversos sectores como transporte, comercio y empresariado corupto que probablemente lo llevó a este pacto deshonesto, lo cierto es que de la informalidad a la ilegalidad solo hay un paso y eso con seguridad lo lleva al abismo.
Tras las varias denuncias de agresión familiar y otros delitos del primer ministro Héctor Valer, han salido también denuncias de agresión de otro de sus ministros José Luis Gavidia de la cartera de Defensa. El gabinete ya se vuelve insostenible y la población que voto por Castillo le exige recomponer.
Por ahora solo queda estar atentos ante el ataque anti-derechos de los actuales ministros que probablemente jueguen en pared con un Congreso capturado por algunos partidos políticos investigados como organizaciones criminales que ya tienen antecedentes al legislar contra los derechos de la gente; lo que a partir de ahora veremos es que oscilaran entre atender sus intereses patrimonialistas o vacar a Castillo.
En medio de eso prensa criolla, no hay duda que la crisis es más profunda de lo que parece.